sábado, 9 de mayo de 2015

Teoria: El marino mercante Carl Feigenbaum.-




De más esta decir, que el marino alemán Carl Feigenbaum, ante todo fue un buen inquilino. En ningún momento incumplió el contrato de subarrendamiento celebrado con la propietaria del inmueble, doña Juliana Hoffman: sencillamente, una noche de Septiembre de 1894, entro a su habitación cuando esta dormía y la degolló salvajemente frente a su hijo. Al parecer, los gritos del niño a través de la ventana, atrajeron inmediatamente a la policía de New York, mientras el asesino se daba infructuosamente a la fuga. Resulta tentador pensar que si Carl Feigenbaum, fue verdaderamente el asesino de Whitechapel, lo que no pudo hacer el cuerpo entero de oficiales de Scotland Yard, si lo hizo el grito delator de aquel aterrado niño.  Después de ser sentenciado y ejecutado en la silla eléctrica de la cárcel de Sing Sing en el año 1896, Carl Feigenbaum fue objeto de diversas conjeturas y sospechas. El disparador fue dado por su propio abogado defensor, el doctor William Lawton, quien con mucha delicadeza guardo el secreto hasta el momento mismo en que cortaron la luz: declaro ante la prensa norteamericana que en una de sus tantas entrevistas con el acusado, este le habría confesado ser un despiadado asesino serial desbordado por la imperiosa necesidad de matar y mutilar mujeres. De ahí que el doctor Lawton, asegurara a la prensa norteamericana, tener la certeza de que los crímenes atribuidos a Jack el Destripador los había perpetrado su propio defendido. Con semejante defensa, podemos comprender el destino fatal de Carl Feigenbaum e intuir a las claras que ya durante el proceso judicial, existió algún tipo de cortocircuito con su letrado patrocinante. Lo cierto es que la historia personal de Carl ayudo a consolidar dicha teoría, dado que su actividad de marino mercante en la línea de Norddeutsche (en la cual trabajo mucho tiempo), lo habría llevado algunos años antes a la ciudad de Londres, más precisamente durante los meses en que se perpetraron los famosos crímenes de Witechapel. La presente teoría (contemporánea a la época en que se cometieron los  crímenes), resurgió hace algunos años cuando el autor británico Trevor Marriott publico su libro “Jack the Ripper: The 21st Century Investigation” postulando a Carl Feigenbaum como único y verdadero autor de los asesinatos de Londres. Teoría que por otro lado pretendió consolidar y demostrar, enunciando un cumulo de crímenes sin resolución, que podrían haber sido consumados por el marino mercante durante sus viajes por Norteamérica y Europa. En fin, más allá de cualquier especulación al respecto, esta teoría no habría salido a la luz, sino fuera por la indiscreción de su abogado y por los gritos de un niño que en el siglo pasado, delato sin saberlo a Jack the Ripper. 






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