En el mejor de los casos, las prostitutas ultimadas por Jack
el Destripador, solían dormir en albergues cuyas camas se alquilaban por cuatro
peniques la noche. Digo en el mejor de los casos, porque citando a Tom Cullen
en su Libro “Otoño de Terror”, cuando no contaban con los cuatro peniques para
alquilar dichas camas, terminaban durmiendo en plazas públicas, o en las
escalinatas de la Iglesia de Cristo en Spitafields o bien, en el mencionado “Parque
de la sarna” en cuyos bancos pasaban la noche, los desamparados habitantes
del East End que no encontraban albergue. Por mi parte, he conseguido one penny de 1888. Todavía me faltan tres antes de irme a dormir.
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