Después del doble acontecimiento, mas precisamente, el 16 de
octubre de 1888, George Lusk, en ese entonces presidente del Comité de
Vigilancia de Whitechapel, recibió por correspondencia un extraño
paquete de cartón y una carta que decía: Desde el infierno. Señor Lusk.
Señor le adjunto la mitad de un riñón que tomé de una mujer y que he
conservado para usted, la otra parte la freí y me la comí, estaba muy
rica. Puedo enviarle el cuchillo ensangrentado con que se extrajo, si se
espera usted un poco. Firmado, Atrápeme si puede Señor Lusk. Jack el
Destripador. Lo que al principio pareció una chanza del mal gusto, con el
tiempo se fue transformando en una espeluznante muestra de la mente
desequilibrada de Jack el destripador. A día de hoy, todavía se debate
acerca de la autenticidad de la carta y si la parte del órgano que
contenía dicha caja pertenecía efectivamente a Catherine Eddowes
(prostituta asesinada la noche del doble acontecimiento). De hecho, por
aquellos días de 1888, parte de la prensa sugirió que se trataba del
riñón de un animal, mientras que otros sostuvieron que dicho órgano
habría sido enviado por un estudiante de anatomía, con el fin de
realizar una broma de mal gusto. Lo cierto es que dicho órgano, fue
objeto de análisis, por parte del doctor Openshaw, medico patólogo del
Hospital de Londres. Del informe expedido por el mencionado facultativo,
pudieron observarse determinadas pautas que inducen a pensar, que
efectivamente el organo perteneció a la victima: Se trataba de la parte
de un riñón humano, que fue conservado en alcohol y extraído hacia tres
semanas del cadáver de una mujer de aproximadamente 40 a 45 años de
edad, alcohólica y enferma del mal de Bright. Todo ello vino a ratificar
la sospecha del mayor Smith, que asimismo aporto un dato mas que
interesante: la arteria renal tiene nueve centímetros, seis centímetros
fueron hallados en el cadáver de Eddowes, en tanto que la del pedazo de
riñón enviado al señor Lusk media los tres centímetros restantes.-
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