Mrs. Hudson es la casera del 221B de Baker Street. No
solamente es la encargada de mantener el orden y la limpieza de la casa, sino
además, de hacer ingresar a las visitas que recibe el afamado detective
consultor. Una gran variedad de sujetos visitaban a Holmes, incluso en horarios
poco frecuentes: desde ladrones y marineros, hasta inspectores de Scotland Yard
y reyes (ver Escándalo en Bohemia). Estos eran recibidos por la señora Hudson,
quien los hacía pasar y anunciaba directamente
en la habitación de Holmes sin mayores preámbulos. Asimismo, Mrs. Hudson era la
responsable de preparar la comida a sus inquilinos, sirviendo abundantes
desayunos que deleitaban a Holmes y a Watson cada mañana. Al parecer su
especialidad eran los huevos con jamón, café y tostadas. A veces, debía
soportar con paciencia estoica, los comentarios impertinentes de Holmes, como
por ejemplo en el “Tratado Naval”, cuando esté critica sus artes culinarias
afirmando que su comida “es algo limitada” o bien profiriendo respuestas
insolentes, como en aquella ocasión en que la casera pregunta “¿Cuándo le
gustaría cenar Mr. Holmes?” y este contesta “Pasado mañana a las 7:30 hs.”. En esa
relación tan particular de casera-inquilino, la señora Hudson debía soportar
algunos comportamientos fuera de lo común, es decir, actos que podrían
considerarse raros o al menos extraños por parte de su inquilino. Sabemos que
Holmes, en su vida cotidiana era un sujeto excéntrico y de hábitos desordenados. En
solo un par de segundos, podía cubrir el piso de su habitación con periódicos o
documentos, con tal de encontrar alguna información o dato relevante para sus
casos. Guardaba su tabaco en una zapatilla persa y sus cigarrillos en un recipiente
destinado al carbón. En la repisa de la chimenea, era frecuente que Holmes
clavara su correspondencia con una daga que hacía las veces de sujeta papeles.
En algunas ocasiones, jugaba con su revólver disparando a la pared de la
habitación. En otras, efectuaba experimentos químicos y no eran infrecuentes las
explosiones y los malos olores derivados de mezclas químicas objeto de sus
investigaciones. Pero no eran aquellos hábitos de su excéntrico inquilino, los
que llevaron a Mrs. Hudson a forjase una paciencia de oro. El ambiente
generado, alrededor de su profesión, conllevaba a recibir gente de lo más
extraña, peligrosa o victima de algún misterio en apariencia inexplicable.
Hemos dejado para otro texto, la relación tormentosa de la señora Hudson con
los Irregulares de Baker Street. Los motivos por los que Mrs.Hudson mantenía
a Holmes como inquilino, no son claros. Una teoría sostiene que eran los
“pagos principescos” que el detective realizaba puntualmente, mencionados en
“La Aventura del Detective moribundo” los que permitían la continuidad de su
hospedaje. Pese a ello, es factible sospechar que tenían una relación afectuosa,
ya que en ese mismo relato la señora Hudson, se preocupa como una madre, por la
salud del detective consultor. Asimismo, la casera no solo demostraba su cariño,
sino también orgullo por albergar a toda una celebridad, dado que los relatos
de Watson lo habían llevado a la fama. Si bien la señora Hudson no tuvo
protagonismo directo en ninguno de los casos, en “La casa vacía” cumple un
papel fundamental, al seguir al pie de la letra las directivas emitidas por
Holmes. Al reaparecer en la escena londinense, esté sospecha que la
organización de Moriarty lo intenta asesinar. Por dicha causa, hace moldear un
busto con su figura, que coloca furtivamente en la ventana de su habitación.
Desde el oscuro cuarto del edificio de enfrente, el coronel Moran (experto
tirador) espera acabar definitivamente
con su vida. Entre la penumbra, el coronel observa la sombra de su víctima
moviéndose ocasionalmente tras la cortinilla de la ventana de Baker Street. Aquella
figura era movida desde el suelo por Mrs. Hudson, a quien se le había encargado
que la hiciera girar de tanto en tanto. El coronel Moran dispara y mata a
Holmes, o mejor dicho, destruye su busto. Una vez consumado el atentado es apresado
por las autoridades de Scotland Yard y por el mismísimo Holmes. En conclusión,
podemos afirmar que el coronel Moran, pudo ser capturado gracias a la pericia y
colaboración de la señora Hudson.. ¡Una gran colaboradora!
martes, 26 de julio de 2016
viernes, 22 de julio de 2016
Personajes de Canon: Mycroft Holmes.-
En el caso “El Interprete Griego”, vigesimocuarta historia, publicada en Septiembre de 1893, nos enteramos que Sherlock Holmes tiene un hermano llamado Mycroft Holmes. Mycroft es mayor que Sherlock y pese a la similitud de sus aptitudes intelectuales, no existen semejanzas físicas ni de carácter personal. El hermano de Sherlock es un individuo de contextura robusta y gruesa, en contraposición a la delgada figura de nuestro detective.
Asimismo,
su carácter es proclive al descanso y carece de las energías que caracterizan a
su hermano menor, a la hora de resolver un misterio. Sherlock, nos informa que
su hermano “no tiene ambición ni energía”. Mycroft es un sujeto que
trabaja para el gobierno de Inglaterra aunque su carácter antisocial, lo lleva
a formar parte del “Club Diógenes”, foro donde los miembros no pueden hablar
entre sí, debiendo mantener el más estricto silencio dentro del salón.
Pese a
las diferencias antes mencionadas, uno de los atributos que tienen en común los
hermanos Holmes, es su capacidad deductiva. Sherlock Holmes reconoce que la
inteligencia de su hermano es superior a la suya, aunque su la falta de
voluntad y energía, hacen imposible que se involucre en algo. Esta situación,
no priva que Sherlock, efectué las consultas pertinentes a la hora de resolver
determinadas cuestiones criminales, ya que difícilmente las deducciones de
Mycroft no resulten acertadas.
No obstante, lejos de existir entre ellos una
actitud competitiva, al momento de
realizar ejercicios deductivos, tienen una relación amistosa y fraternal propia
de los buenos hermanos. Mycroft es la única persona en el mundo que llama a
Sherlock por su nombre, dado que todo el mundo se refiere a él como Mr. Holmes.
La relación entre ambos es tan buena, que Mycroft fue el único en saber que su
hermano había sobrevivido al trágico episodio de las cataratas de Reichenbach,
donde el Profesor Moriarty cae al vacio y a Holmes se lo da por muerto. Recordemos
que a raíz de dicho acontecimiento, hace un viaje de incognito por la India y
el Tibet (ver la reseña de “Los años perdidos de Sherlock Holmes” de Jamyang Norbu), perseguido por la organización criminal del matemático. Durante ese
periodo fue Mycroft, el encargado de girarle libras esterlinas suficientes
para solventar su viaje. Al igual que Watson, fue una de las
personas a la cual Sherlock siempre pudo recurrir frente a las situaciones más difíciles
de su vida.
Podemos agregar que la figura de su hermano mayor, ha sido incluida en los argumentos de infinidad de películas y
obras de teatro, como personaje atractivo y digno de participar de cualquier
relato de Holmes. De hecho, muchos admiradores de Sherlock expresan su profundo
pesar, por no haber sido incluido en más relatos oficiales del canon holmesiano. Léase el presente texto, como un homenaje, al lazo de sangre y amistad que los unía.
Jeremy Brett y Charles Greys, son Sherlock y Mycroft |
jueves, 21 de julio de 2016
Personajes del Canon: The Baker Street Irregulars.-
Los Irregulares de Baker Street (The Baker Street Irregulars)
estaban integrados por un conjunto de niños harapientos que merodeaban la calle Baker, donde Sherlock Holmes y el Dr. Watson tenían su habitación.
Los Irregulares de Baker Street solo aparecen en dos de las historias del
canon: “Estudio en Escarlata” y “El Signo de los Cuatro”.
Holmes, habitualmente
negocia con los Irregulares pagando una suma de dinero a cambio de información:
un chelín diario por sus servicios, y una guinea por cada pista correcta. En
realidad esta horda de chicos, viene a suplir a Scotland Yard, dado que Holmes
no confiaba en la eficacia de las fuerzas oficiales. Para ello, recurre a esta
especie de organización secreta de espías, consiguiendo información que de
otra forma, le sería imposible obtener.
¿Quién podría desconfiar de un niño
que vive en la calle?
Recordemos, que en el Londres victoriano había más de
30.000 niños abandonados o en situación de calle. Muchos de ellos se dedicaban
a pequeños robos y hurtos para sobrevivir. A estos niños se los llamaba
vulgarmente con el mote de “árabes callejeros”, una expresión victoriana para
referirse a los niños sin hogar que deambulaban por la calle sin mayores
miramientos.
La postura de Ms. Hudson respecto de estos vagabundos es típica del
contexto, ya que el ama de llaves, muestra una firme oposición a que
estos estos ingresen a su casa. Imaginemos ver subir corriendo a un tumulto de impúberes
sucios, por las escaleras que dan al cuarto de Holmes. Indudablemente no podía caerle
en gracia a Ms. Hudson, casera del 221B Baker Street, quien se esmeraba por mantener
la limpieza y el orden en aquella casa.
En “Estudio en Escarlata”, primer
relato de Holmes, es éste quien intenta poner orden a su pequeño ejército pidiéndole
al líder del grupo (Wiggins) que subiera solo él a darle la información, sin
necesidad que lo hicieran el resto de los irregulares.
En “El Signo de los Cuatro” tiene
que reiterar aquella directiva, ya que la habitación resulta pequeña para
albergar a 12 niños malolientes ansiosos de transmitir sus informes y cobrar
su recompensa.
Cabe agregar que son mencionados en un caso más (“El Jorobado”),
donde Holmes recurre a uno de ellos para recabar cierta información. Algunas consideraciónes
mas, nos llevan a decir que la fama de los irregulares se traslado a la
pantalla chica en dos series emitidas por la BBC.
Asimismo, otra nota de color: en el año 1934 se fundó en los Estados Unidos una organización donde se debatía y se intercambiaban apuntes sobre Sherlock Holmes. Entre sus miembros honoríficos se encuentran dos expresidentes de los Estados Unidos: Franklin Roosevelt y Harry S. Truman. Obviamente, a dicha organizacion se la llamo "Los Irregulares de Baker Street".
Asimismo, otra nota de color: en el año 1934 se fundó en los Estados Unidos una organización donde se debatía y se intercambiaban apuntes sobre Sherlock Holmes. Entre sus miembros honoríficos se encuentran dos expresidentes de los Estados Unidos: Franklin Roosevelt y Harry S. Truman. Obviamente, a dicha organizacion se la llamo "Los Irregulares de Baker Street".
Personajes del Canon: El Profesor James Moriarty.-
El profesor James Moriarty es quizás la creación literaria mejor personificada del mundo criminal en toda la literatura. Si bien tiene una participación activa en solo dos casos integrantes del canon Holmesiano (El problema final y El valle del Terror), y es mencionado en algunos otros, su presencia es tan fuerte que ha sido considerado, por maldad e inteligencia, el archienemigo de Mr. Holmes. Dicho antagonismo emerge de las propias palabras de Holmes, al manifestar que el referido personaje es “el organizador de la mitad de los delitos y de casi todo lo que no llega a descubrirse en esta gran ciudad”.
Sir Arthur Conan Doyle, ideo una de las escenas más famosas de la literatura al hacer caer a Sherlock Holmes y su antagonista, por las cataratas de Reichenbach (Suiza), tras una lucha sin precedentes, que marco el final del profesor Moriarty y la presunta muerte de nuestro detective. Debemos recordar que el profesor Moriarty fue matemático, titular de cátedra en una Universidad de Londres, autor de un trabajo sobre la teoría del binomio y gran estudioso de los asteroides y el movimiento de otros cuerpos celestes.
El personaje es caracterizado por el autor, como un intelectual que por su apariencia y erudición, resulta imposible sospechar su participación en el mundo del crimen. No obstante, las investigaciones de Holmes, le brindaron la certeza de estar frente al autor intelectual de la mayor organización delictiva de Londres. A punto tal, que Moriarty fue denominado por el gran detective como “el Napoleón del Crimen”. Su opinión, lamentablemente disentía con la de todos, ya que Moriarty era considerado socialmente, un matemático respetable, perteneciente a una clase de posición elevada, motivos más que suficientes para no dudar de su recta honorabilidad. Se dice que Sir Arthur Conan Doyle, medico oftalmólogo, odiaba las matemáticas, razón más que suficiente, para sospechar el motivo por el cual el profesor Moriarty se dedico a esa profesión.
Si bien ha dado lugar a debates, muchos consideran que Sir Arthur Conan Doyle, a la hora de trazar el perfil delictivo de Moriarty, se inspiro en un criminal real de su época. Tal es el caso de Adam Worth.
Este
delincuente nacio en Alemania en 1844, aunque de niño se traslado junto a su
familia a los Estados Unidos, donde comenzó una carrera delictiva con pequeños
hurtos que dieron lugar a robos más importantes, y determinaron su fuga hacia
Inglaterra, donde fundó una compleja organización delictiva dedicada al
robo.
Volviendo
a la ficción, Holmes se preguntaba sarcásticamente como el profesor Moriarty,
con su exiguo jornal de profesor universitario, podía tener en su poder un
cuadro de Jean-Baptiste Greuze, pintor francés del siglo XVIII, cuyas obras se
pusieron de moda en el siglo XIX, llegando a costar fortunas en la época
victoriana.
Lo
cierto es que dicho episodio literario tuvo su correlato en la vida real.
En 1876 tuvo gran resonancia el robo del retrato de la duquesa de Devonshire (obra de Thomas Gainsborough) en una importante galería de arte en Londres. Inmediatamente Adam Worth (la presunta inspiración de Moriarty) comenzó a enviar cartas solicitando el pago de una cuantiosa recompensa para que dicho cuadro fuera devuelto. La transacción en aquel momento se frustro y tuvieron que pasar veinticinco años para que el criminal devolviera el cuadro a cambio de un generoso pago monetario. Todo un referente.-
Adam Worth. El Profesor Moriarty real. |
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