En ocasión de publicarse la
segunda edición del libro “Jack el
Destripador. La Leyenda Continúa” del Dr. Gabriel Pombo, Editorial “Torre del
Vigia Ediciones” Mayo de 2015, la redacción del Séptimo Circulo decidió
contactar a su autor, con el fin de realizar una entrevista acerca de esta
nueva publicación sobre Jack el Destripador. El Doctor Pombo, con la cordialidad
que lo caracteriza, nos cito puntualmente en el elegante Lobby del Hotel donde
se encontraba hospedado en Buenos Aires, lo que dio lugar a una charla amena, que
se distinguio por ser profunda y distendida. Entre saludos y firma
de ejemplares, el autor detallo algunos rasgos peculiares de su nueva obra, y el
arte de escribir. Para deleite de todos nosotros, el resultado, es la presente
entrevista que se transcribe a continuación:
S.C: El libro cuenta con diversos capítulos tales como Jack, el Asesino
Psicópata, el Asesino Sexual, el Asesino Enamorado, etc. ¿Cuéntenos Doctor por
qué decidió dividir los capítulos conforme los distintos perfiles criminales?
Dr. Gabriel Pombo: Me pareció un método atractivo para ir desarrollando la historia del
célebre asesino desde el punto de vista de los sospechosos nominados por
diversas teorías. En algunos de los capítulos el título se debió a la motivación que
impulsaba al criminal de turno; como por ejemplo en "Jack. El asesino
sexual", donde los personajes reseñados eran homicidas múltiples que
mataron impelidos por esa compulsión. En otros casos, el título del capítulo estuvo dado por la relación personal
que pudo haber tenido el victimario con la víctima; por caso: el capítulo
rotulado "Jack. El asesino enamorado", donde la clave habría radicado
en el previo conocimiento íntimo existente entre el agresor y las
agredidas.
S.C: En una de las primeras aproximaciones al libro resulta significativa la
calidad de la cubierta ¿Quién es autor de la misma y como decidió contactarlo?
Dr. Gabriel Pombo: Ha sido unánime la positiva impresión que causó la cubierta de "Jack
el Destripador. La leyenda continúa".
Se trata de un trabajo del consagrado portadista e ilustrador Alejandro
Colucci. Un artista compatriota que ha trabajado para editoriales del fuste de
Planeta, Océano y Dolmen, entre otras. Hay mucho esfuerzo mío contenido en las
páginas de este libro, y consideré que el mismo se merecía lucir la mejor
vestimenta posible.
Y bueno, los lectores podrán contemplar aquí a Jack de espaldas, con su
clásico elegante atuendo caminando en un día otoñal a orillas del Támesis, con
el Big Ben y otros edificios señeros de Londres como telón de fondo.
S.C: Basándonos en la exquisita calidad del texto, el primer capítulo parecería
desarrollar una técnica literaria que trasciende la mera investigación. ¿Es la
antesala a una futura novela sobre el destripador de Londres?
Dr. Gabriel Pombo: Incursionar en el género novela es una cuenta pendiente que aguardo pronto
poder saldar.
Te agradezco tus elogiosas palabras. Me he esmerado por que mi escritura
esté a la altura de los lectores más exigentes. Dado que el libro no es una
novela, sino que constituye una investigación histórica, he procurado dotarlo
de fluidez y amenidad. A tal efecto fue que introduje algunos ganchos
literarios propios de una novela, como diálogos, coloquios o descripciones de
los estados anímicos de los personajes.Pero todo ello lo hago sólo a fin de tornar más llevadera le lectura, y
esforzándome por no sacrificar la objetividad y la rigurosidad del material que
presento.
S.C: A lo largo del texto se pueden conocer las diversas teorías con una
profundidad inédita en un texto originalmente escrito en castellano.
A raíz de ello nos surge la siguiente pregunta ¿Jack el destripador fue una
consecuencia de la era Victoriana o más bien un asesino aislado adelantado a su
época?
Dr. Gabriel Pombo: Todo hombre es él mismo y sus circunstancias, como diría el filósofo.
Por tanto, no se puede escindir impunemente al individuo de su contexto
histórico, económico y social, y suponer que esos crímenes se hubieran
verificado en otro ámbito que no fuese la sociedad de la Inglaterra victoriana
de fines del siglo XIX. Mi opinión es que el criminal apodado Jack the Ripper representó un adelantado
para su tiempo, y que no consiguió librarse de castigo para siempre tan sólo
por buena fortuna, o gracias a negligencia policial.
Las autoridades británicas se mostraron impotentes para capturar a un
psicópata que asesinaba serialmente, y en cuyo accionar letal estaban ausentes
las motivaciones tradicionales de un criminal. Por ejemplo: la codicia, el
odio, el afán de lucro, etc.
Este ultimador supo aprovechar el estado incipiente por el cual atravesaban
entonces la criminología y los métodos policiales usados en 1888.
S.C: ¿Qué piensa de la “cantidad” de Teorías desarrolladas a lo largo del último siglo?
Dr. Gabriel Pombo: Son positivas en la medida que dotan de publicidad a un asunto delictivo paradigmático que, de otro modo, caería inevitablemente en el ostracismo. Vale la pena conocer este apasionante caso criminal, y las teorías acusando a tal o cual persona de haber sido el anónimo asesino le confieren un encanto mediático que, aunque efímero, es necesario para que el olvido no se cierna sobre aquella trágica historia.
En ese sentido, bienvenidos sean los libros, los filmes y las
escenificaciones teatrales que año tras año fomentan la leyenda de Jack el
Destripador. Mi tarea como divulgador serio consiste, por el contrario, en que el lector
interesado en saber la verdad de los hechos disponga del material más objetivo
posible. Todo ello sin perder, durante el proceso de información y aprendizaje, la
amenidad y la fluidez que un buen libro debe poseer.
S.C: ¿Las ve
como algo positivo o dichas teorías tendieron a profundizar aun más el
anonimato de Jack el destripador?
Dr. Gabriel Pombo: Creo que mi respuesta anterior en parte contesta también esta pregunta. Devienen positivas tales teorías pues mantienen viva la leyenda. En cuanto atañe al anonimato, mi parecer es que aquí el mismo está completamente asegurado. Ha transcurrido demasiado tiempo. Nos separan ya 126 años de aquellos luctuosos hechos. Al decir del criminólogo Edmund Locard: "El tiempo que pasa es la verdad que huye"; y en este caso, como es pocos, esa sentencia se tornó de perfecta aplicación.
S.C: Uno de los capítulos de su nuevo libro “Jack el Destripador. La Leyenda Continua” trata sobre las nuevas teorías ¿Piensa que aportaron cuestiones de relevantes a la investigación?
Dr. Gabriel Pombo: Destaco el esfuerzo realizado por los investigadores concienzudos que, valiéndose de procedimientos científicos, postulan diversas hipótesis sobre la identidad de este impune homicida serial. También me parecen loables las conjeturas de los estudiosos que, aún sin servirse de la ciencia, llevan a cabo una ardua y encomiable labor. Mi crítica dura la reservo para aquellos autores que, en forma desembozada, esgrimen una teoría inspirada en propósitos meramente mediáticos, o buscando el fin espurio de sólo vender libros u obtener una fama efímera. Mis lectores podrán apreciar que cargo las tientas, por ejemplo, sobre Russell Edward, su presunto uso del ADN mitocondrial aplicado a un chal supuestamente manchado con sangre y semen que permitió "descubrir" la identidad de Jack the Ripper.
Esta teoría,
aparecida en setiembre de 2014, sindicó a un lunático inofensivo que en verdad
nunca fue reputado sospechoso por Scotland Yard.
S.C:¿Piensa que el destripador era un pobre habitante del East End o un rico acaudalado que vivía fuera de la zona e iba de visita los fines de semana a perpetrar sus crímenes?
Dr. Gabriel Pombo: No creo que fuera necesariamente pobre. Más bien estimo que disponía de ciertos ingresos. También considero plausible que contase con un trabajo estable que le impedía consumar sus ataques entre semana, pese a que las prostitutas salían todas las noches a ejercer su oficio.
Tal vez
hasta tuviera una familia a su cargo, y los fines de semana y los días festivos
se escapaba de su hogar burgués dando pábulo a su vesanía criminal y cebándose
con las meretrices de Whitechapel; quien sabe...
Lo único
cierto es que el matador conocía al dedillo las callejuelas, las tabernas y las
pensiones del distrito. Había cronometrado las rondas de los agentes y, merced
a tal precaución, se evadía una y otra vez de los cordones policiales luego de
consumar sus atentados. Ese dominio
cabal de la zona en la cual operaba le valió su impunidad. Por ende, la
hipótesis de que se trataba de un acaudalado habitante del West End deviene muy
escasamente probable.
S.C: ¿ Cual fue en su vida el primer contacto con este caso y de donde cree que surge su pasión por Jack el destripador?
Dr. Gabriel Pombo: Este criminal configura el emblema del homicida en serie, y ese fenómeno me resulta atrayente, digno de estudio y divulgación.
En cuanto a
mi primer contacto con este tema, fue hace muchos años atrás al leer el libro
del periodista estadounidense Tom Cullen "Otoño de terror".
S.C.: Cuéntenos, donde los amantes de este tipo de lecturas, podemos conseguir el libro “Jack el Destripador. La Leyenda Continua”.
Dr. Gabriel Pombo: En el momento en que se publica este reportaje la obra ya está disponible en las librerías de mi país Uruguay; y, Dios mediante, espero que pronto también pueda hallarse en las librerías de Argentina, cuando menos.
Desde ya, El Septimo Circulo agradece al Dr. Pombo y a su asistente (N.H.) por la entrevista y las imagenes, respectivamente.
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