domingo, 1 de noviembre de 2015

Petiso Orejudo: Documento Final- Leonel Contreras.-







En la introducción del presente texto, Leonel Contreras, deja en claro el esfuerzo de reconstrucción histórica necesaria para investigar un crimen específico perpetrado por el Petiso Orejudo: El crimen de Arturo Laurora, pariente lejano del autor del libro. La principal virtud del texto de Contreras, radica en la exclusión de argumentos novelados. En contraposición al libro iniciático de María Moreno, el autor aborda su investigación con datos rigurosos ajenos a recursos literarios que bien pueden desvirtuar un texto de investigación criminal. 

Cayetano Santos Godino, hijo de los inmigrantes italianos, Fiore Godino y Lucia Ruffo, nació en la Ciudad de Buenos Aires, el 31 de Octubre de 1896. En los primeros años de su vida, concurrió a varias escuelas, de las cuales fue expulsado por sus reiterados problemas de conducta. Su familia, de origen humilde, solía alquilar dos habitaciones de pensión, cambiando frecuentemente de hospedaje, siempre en diversas pensiones ubicadas en los barrios de Balvanera, San Cristóbal, Almagro y Parque Patricio. 

La historia oficial pronuncia que Cayetano Santos Godino mato a cuatro menores e hirió a otros siete, y aunque en cierta medida se sospecha que podrían existir muchas más víctimas, sus cuatro víctimas canonícas fueron:

-NN de 18 meses enterrada viva en Marzo de 1906.
-Arturo Laurora de 12 años, estrangulado el 25 de Enero 1912
-Reyna Bonita Vainicoff de 5 años, quemada viva el 7 de Marzo de 1912.
-Jesualdo Giordano de 3 años, estrangulado y atravesado con un clavo en el cráneo el 3 de Diciembre de 1912.

Según Leonel Contreras, con relación a la conducta del Petiso Orejudo y su modus operandi, hubo un antes y un después de su encierro en la colonia de menores de Marcos Paz, en la cual estuvo recluido durante 3 años, como consecuencia de una denuncia de sus propios progenitores, recobrando su libertad el 23 de Diciembre de 1911 a pedido de sus padres.

Aludiendo a un breve recuento de ataques perpetrados por el Petiso Orejudo que no concluyeron en la muerte de la víctima, podemos mencionar:
-Miguel De Paoli, golpeado el 28 de Septiembre de 1904.
-Ana Neri, golpeada en la cabeza con una piedra en 1905.
-Severino Gonzalez Calo, tentativa de asfixia el 9 de Setiembre de 1908.
-Julio Botte, quemado en un ojo con un cigarrillo el 15 de Septiembre de 1908.
-Roberto Carmelo Russo, intento de estrangulamiento el 8 de Setiembre de 1912.
-Carmen Ghittoni, golpeada el 16 de Noviembre de 1912.
-Catalina Neolener, golpeada el 20 de Noviembre de 1912.

En base a los ataques mencionados, resulta claro que el Petiso Orejudo no tuvo un modus operandi claro y preciso. Si bien se lo encasilla mitológicamente, como un asesino que utilizaba cuerdas, este elemento recién sería utilizado en el año 1912, o sea sobre el final de su carrera delictiva.

Asimismo, en el libro “Petiso Orejudo. Caso Final”, Leonel Contreras sostiene que la muerte del menor Arturo Laurora no fue consecuencia del accionar criminal del Petiso Orejudo, sino mas bien obra de sujetos pertenecientes a una red de pornografía infantil, conformado por sectores vinculados a la política y a la clase alta porteña. Para ello recorre minuciosamente los diversos detalles del caso y las declaraciones de los principales testigos de la conducta del menor por aquellos años, afirmando que luego de ser apresado se inculpo a Cayetano Santos Godino con la finalidad que el caso no quedara totalmente impune. 

A tal efecto, el autor llega a la conclusión, que existió una autoinculpación en cuyas declaraciones, el Petiso Orejudo incurre en una serie de contradicciones que no corresponden a la realidad de los hechos, afirmando muchos años después, no haber sido el autor del crimen de la calle Pavón. En síntesis, podemos decir que estamos ante un gran aporte de investigación criminal en el asesinato de Arturo Laurora, donde el autor se pronuncia y expone en forma documentada, esta nueva teoría sobre un caso que parecía cerrado, cuestionando de raíz la historia oficial. Todo un documento, final.-


GOKUMON-TO. La Isla de las Puertas del Infierno - Seishi Yokomizo.-



“Gokumon-To. La isla de las Puertas del Infierno” del autor japonés Seishi Yokomizo, es un excelente libro de crimen y misterio que por su admirable calidad literaria, merece una reseña y su recomendación por el Séptimo Circulo. A manera de sinopsis podemos enunciar que al concluir la segunda guerra mundial, Kindaichi Kosuke, el máximo detective privado de Japón viaja a Gokumon-To, una pequeña isla japonesa poblada por descendientes de piratas y criminales, con el fin de llevar una carta de suma importancia dirigida a las autoridades de la isla. Durante el transcurso de los días, sus habitantes y el mismo detective, serán testigos de los más extraños asesinatos perpetrados hasta el momento en aquel lugar remoto. Asimismo, corresponderá al detective dilucidar el móvil de los crímenes y la razón de su extraña naturaleza. Cada escena y descripción, por atípica que parezca, forma parte de un complejo entramado de relaciones que desembocaran en un razonamiento lógico frente a cada asesinato. Aludiendo a la importancia histórica de esta novela, podemos agregar que el detective Kindaichi Kosuke es uno de los personajes literarios más famosos de Japón (algo así como un Sherlock Holmes oriental), siendo elegida “Gokumon-To. La isla de las puertas del Infierno” como la máxima novela de misterio japonesa del siglo XX. El lector atento y perspicaz de la presente reseña, percibirá la existencia de razones suficientes para decidirse por su lectura. 

 



sábado, 31 de octubre de 2015

El Petiso Orejudo- Maria Moreno.-





Aquella mañana, Pascual Giordano salió de su casa desesperado por encontrar a su hijo Jesualdo. Cruzando por los baldíos de la Quinta Moreno, el progenitor pregunto a otro niño- adolescente por el paradero de su hijo. Este le respondió que no lo había visto:
–Vaya a la comisaria- fue la respuesta del menor.

Pascual ignoro en aquel momento que aquel niño, sería el futuro asesino de su hijo, y que en aquellos instantes este se encontraba atado y agonizando detrás del paredón de dos metros de altura que separaba el descampado de la Quinta Moreno, un baldío donde antes habían funcionado los hornos de ladrillo de la compañía “La Americana”

El mencionado drama criminal, se relata  al comienzo del estupendo libro de María Moreno “El Petiso Orejudo”. Un excelente texto que debe ser leído  para conocer la verdadera vida del “Oreja” o “El Petiso Orejudo”, sobrenombre de Cayetano Santos Godino, primer asesino en serie de la historia Argentina.
Si bien el texto no representa cronológicamente los diversos sucesos de la historia, es necesario continuar su lectura, con la finalidad de ir atando cabos respecto del accionar de Cayetano Santos Godino, detenido en 1912, con apenas 16 años de edad.

Hijo de una familia obrera, un padre ebrio y una madre sumisa a los golpes, el futuro asesino se crio en un cuarto de pensión junto a sus hermanos. Durante su corta existencia, inicio una profunda carrera delictiva, que abarca la incipiente matanza de animales, y la concreción de incendios en distintos sectores de Buenos Aires, continuando con una monstruosa persecución sobre niños de corta edad.

Así fue naciendo, en la conciencia popular, la leyenda del Petiso Orejudo con el fin de educar a los niños o simplemente para que estos comieran cuando sus padres lo exigian. “Si no comes, te va a llevar el Petiso Orejudo”. Se propalo la idea de que engañaba a sus presas con caramelos, llevándolos a sitios descampados donde los asesinaba despiadadamente con una cuerda. Al menos esto sucedió, en su último crimen, tan resonante y magnifico, que dio lugar a la leyenda, como si el asesino tuviera un modus operandi concreto (esto no es exacto). El mito supero a la realidad.

El libro de referencia, describe con lujo de detalles, los dos casos más resonantes de su corta carrera delictiva: El asesinato de la Quinta Moreno y el asesinato de la calle Pavón. Asimismo narra la detención del asesino y las distintas teorías de una incipiente criminalística argentina, nacidas a raíz de los actos del “Oreja”.

Confinado inicialmente en un establecimiento psiquiátrico llamado Instituto Modelo, aquello dio lugar a diversos debates relativos a si este, era el lugar propicio para encerrar a un asesino de tamaña peligrosidad. Ulteriormente fue confinado a pasar sus últimos días de vida, en la cárcel de Ushuaia, presidio donde culmina la triste historia de quien no encajo ni siquiera en el ámbito carcelario.

En conclusión, el libro de María Moreno cuenta con algunos puntos altos, como la prosa de su autora, que por otro lado descolla por su excelente calidad. Quizás el punto más bajo (si tiene alguno) sea la forma de encarar fragmentariamente la historia, para lo cual el lector deberá encausar el relato como se armara un complejo rompecabezas. Sin embargo, se recomienda su lectura, por ser el primero y uno de los pocos libros en tratar de manera exclusiva, la vida e Cayetano Santos Godino, el Petiso Orejudo. 










La quinta Moreno. Escena del crimen de Jesualdo Giordano. Imagenes del expediente judicial, extraidas del Blog de Osvaldo Raffo.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Jack el Destripador: Escena de los Crimenes (antes y ahora)

Video didáctico donde se muestran las diversas escenas de los crímenes perpetrados por Jack el Destripador en el East End de Londres y la visión moderna de aquellos mismos lugares. Muy recomendable para ver.-

 

miércoles, 19 de agosto de 2015

Halloween: Michael Myers.-




Michael Myers es un asesino de ficción creado por el director de cine John Carpenter para la saga de películas de terror “Halloween”. Myers tiene un poder sobrenatural, consecuencia de una extraordinaria fuerza maligna y sangrienta, que lo impulsa a asesinar a todos los miembros de su familia y en líneas generales, a todo aquel que se interponga en su camino. A lo largo de la saga, Myers es perseguido por el Dr. Samuel Loomis, médico psiquiatra que sigue sus pasos durante años, convirtiéndose en el principal enemigo de Myers. En la película original de 1978, cuando Myers era un niño de tan solo seis años de edad, comenzó a escuchar voces “internas” que lo incitaron a matar. Su primer asesinato, lo consumo una noche de Halloween cuando disfrazado de payaso, asesino a su hermana de 17 puñaladas. Luego de tan horrible crimen, el niño es enviado al hospital psiquiátrico Smith´s Grove Sanatorium e internado en aquel hospicio durante quince años, tiempo durante el cual será asistido por el Doctor Loomis. En 1978, Michael logro fugarse del Psiquiátrico y regreso a Haddonfield con el fin de matar a su otra hermana, quien había sido adoptada por la familia Strode después que murieran sus padres, para cerrar el círculo sangriento iniciado quince años antes. En octubre del 2014, por unas pocas noches, se reestreno remasterizada en cine, ocasión donde tuve oportunidad de verla por primera vez en pantalla gigante un sábado de trasnoche, luego de caminar por calles oscuras bajo una persistente lluvia junto a mí prometida. Hoy un pequeño Myers paso a formar parte de mi biblioteca. Vaya pues, la dedicatoria de esta reseña para ella y al cine clásico de Carpenter.








 


jueves, 13 de agosto de 2015

Arthur Conan Doyle y Jack el Destripador: El Club de los Crimenes.-





En julio de 1887, Arthur Conan Doyle comienza a proyectar la escritura de su novela histórica “Micah Clarke”, concluida en febrero de 1888. Durante el proceso de escritura de dicha obra, más precisamente durante las navidades del año 1887, el numero principal de “Beeton’s Christmas Annual” publico un “Estudio en Escarlata”, texto que paso desapercibido para la crítica literaria de la época, pero no así para los lectores que agotaron rápidamente aquella primera edición. Este era el contexto en que se encontraba Doyle aquel año de 1888, cuando comenzaron los crueles asesinatos de prostitutas en el East End de Londres, por parte de quien seria conocido como “Jack el Destripador”.

Algunos años después, en 1904, Arthur Conan Doyle fue invitado a integrar un exclusivo club en Londres, conformado por apenas doce personas. Club, que en sus comienzos se llamo oficialmente “Nuestra Sociedad”, aunque con transcurso del tiempo sería conocido bajo el nombre del “Club de los Crímenes”. Dicha sociedad tenía por objeto investigar los crímenes más intrigantes y misteriosos de la época. Entre los miembros fundadores de dicho Club, se encontraba Henry Brodribb Irving, hijo del afamado dramaturgo y aficionado a las investigaciones criminales, Lambton, James Bereford Atlay, Lord Albert Edward, John Churton Collins y Fletcher Robinson, quien había colaborado con Arthur Conan Doyle, en la historia de la tercera novela de Holmes “The Hound of the Baskervilles”.

Esta sociedad, tenía como principal objetivo reunirse para cenar o almorzar algunas veces en el año, con la particularidad que las disertaciones allí efectuadas, no podía trascender públicamente, de tal manera que cada uno de los miembros del Club, debía cumplir con un estricto deber de confidencialidad. Una vez concluida la comida, los integrantes del “Club del Crimen”, realizaban un amistoso análisis sobre algún crimen famoso, que generalmente derivaba en un ameno debate sobre el caso. 

El Club, formado originariamente por doce personas, con el transcurso de los años creció al punto de cambiar la estructura de sus reuniones. Aquello que se había iniciado como un conjunto de cenas informales, con el paulatino incremento del número de socios, las disertaciones se transformaron en estructurados discursos sobre crímenes, en los cuales se le confería a cada socio una determinada cantidad de tiempo para exponer su opinión sobre el tema.  

En la época de los crímenes de Jack el Destripador, el caso despertó el interés de Arthur Conan Doyle, amante de la investigación detectivesca y los casos criminales. El referido interés por el caso se vio profundizado cuando en el año 1892, el autor visito el “Black Museum”, situado en los subsuelos del nuevo edificio de Scotland Yard, el cual fue reabierto en el año 1890. En aquel museo, dedicado a guardar objetos de interés relacionados con crímenes famosos, el creador de Sherlock Holmes pudo apreciar el original de una fotografía del cadáver de Mary Jane Kelly como asimismo, una postal y una carta en tinta roja, escrita de puño y letra por el asesino, dirigidas en 1888, al director de la agencia de noticias.  

El 19 de abril de 1905, Doyle se reunió con el resto de los integrantes del “Club del Crimen” quienes se dieron cita en el East End de Londres, con el fin de recorrer la escena de cada asesinato atribuido a Jack el Destripador. Entre los integrantes del aquel grupo, se encontraban presentes, Ingleby Oddie, Frederick Gordon Brown, Churton Collins, Henry Brodribb Irving y nuestro admirado autor, Arthur Conan Doyle. El Doctor Gordon hacia las veces de guía del grupo, siendo algunos años atras, el médico que examino el cuerpo sin vida de Catherine Eddownes la noche de su muerte y quien finalmente efectuó la autopsia de su cadáver.

Además de conocer los lugares donde las víctimas fueron ultimadas, esto es, Buck’s Row, Hanbury Street, Dulfield’s Yard y Mitre Square, los miembros del grupo visitaron algunos de los tantos alojamientos y habitaciones decadentes, donde podría haberse alojado el asesino durante el año 1888. Por último, ingresaron a la diminuta habitación de Mary Jane Kelly, sita en la lúgubre y tenebrosa calle Dorset Street, donde se tomaron algunos minutos para observar, algunas de las tantas fotografías de los restos mutilados del cuerpo de Kelly, capturadas por la policía londinense.

Los resultados a los que arribo Arthur Conan Doyle, sobre el caso de Jack el Destripador, se pueden resumir de la siguiente manera: el autor pensaba que la carta y la postal que había visualizado en el Black Museum eran autenticas. Conforme algunas palabras utilizadas por el autor de la carta, llego a la conclusión que el asesino había vivido en Norteamérica puesto que la misiva contenía americanismos y otras expresiones usualmente no utilizadas por los británicos. A raíz de esto, Doyle explico que hubiera sido acertado reproducirlas en los periódicos más importantes de Norteamérica y Gran Bretaña, con un breve resumen de las particularidades de la letra, de tal manera que la población pudiera fácilmente cotejar si aquella caligrafía era semejante a otra que pudieran llegar a conocer.

Si bien la policía había publicado la mencionada carta y la postal en los periódicos, había omitido acompañarlas con un examen de caligrafía, herramienta por demás útil para la sencilla comprensión del gran público. Además, Conan Doyle pensaba que podía llegar a ser cierta, la posibilidad que Jack el Destripador se vistiera de mujer con el objeto de pasar desapercibido y huir de la escena de crimen sin levantar sospechas. ¿Las prendas de mujer arrojadas al fuego de la chimenea de Miller’s Court podrían ser un indicio al efecto de consolidar dicha posibilidad?

En este sentido, ante la consulta efectuada por el afamado escritor norteamericano Tom Cullen, autor de “Otoño de Terror” al hijo del creador de Holmes, sobre qué opinión podría haber tenido su padre sobre el caso, Adrian Conan Doyle respondió “Como ya han pasado más de treinta años, no es fácil recordar las opiniones que le merecía el caso del Destripador. De todos modos, creo que no le parecía imposible que aquel hombre tuviera conocimientos rudimentarios de cirugía, y que probablemente se disfrazase de mujer para abordar a sus víctimas sin levantar sospechas”.

En el año 2012, se publico “Conan Doyle and The Crimes Club” de Stephen Wade, donde su autor analiza aspectos de la vida de los primeros integrantes del “Club de los Crimenes” ubicándolo en el contexto de la época en que el mismo fue creado. El merito de dicha publicación reside en el hecho, de ser el primer texto en tratar un tema que siempre fue dejado de lado en las principales biografías de Conan Doyle, aunque en realidad (pese a su maravillosa portada) no ahonda con profundidad en su rol dentro del club, sino más bien como un integrante mas, entre las muchas personalidades que lo conformaron.

Por su parte, en el año 2014 se divulgado una nueva teoría sobre Doyle y Jack el Destripador, a raíz de la publicación del libro “Informe Policial. La verdadera identidad de Jack el destripador”, del perito forense y grafólogo español Jesús Delgado, en cuyo texto el autor intenta desarrollar la teoría a partir de la cual, Doyle y Jack el Destripador habrían sido la misma persona. Si partimos de la base que Doyle, recomendaba a la policía londinense hacer un estudio caligráfico, a los efectos de revelar la identidad del asesino, puede parecer increíble que aquello se le haya vuelto en contra y se lo acuse de ser (sobre el análisis de su propia letra) el asesino más importante de la historia. 

En este sentido, se recomienda consultar la estupenda pagina creada por el Dr. Gabriel Pombo pomboypombo.blogspot.com.ar, quien ha efectuado un detallado análisis al respecto. 


Black Museum: donde Conan Doyle observo las cartas de Jack el Destripador en 1892.-


 Carta de Jack el Destripador "Dear Boss" leida por Conan Doyle durante la visita.-


El Dr. Frederick Gordon Brown, quien oficio de guia a los integrantes del "Club de los Crimenes" cuando recorrieron el East End, tras los pasos de Jack El Destripador. Circa 1909


 Portada del Libro "Conan Doyle y el Club de los Crimenes. El creador de Sherlock Holmes y sus Amigos Criminologos" de Stephen Wade.-



Portada del libro "Infome Policial. La verdadera Identidad de Jack el Destripador" de Jesus Delgado.-